La decisión de poner a Madonna en la tapa de Gata Flora no fue nada fácil. O, al menos, no se presentó tan obvia como otras veces. Ocurre que la reina de pop es, ante todo, un producto más de la sociedad de consumo, una máquina de hacer dinero, la protagonista de las revistas del corazón del mundo y uno de los cuerpos mejor mantenidos; todas facetas que no creemos tentadoras para ustedes, nuestras queridas lectoras (además de nada inspiradoras para quienes hacemos esta revista).Pero hete aquí el hallazgo: Madonna también resulta ser un fenómeno que han estudiado muchos pensadores en la década del 90 y hasta se creó una corriente de investigación con su nombre. ¿Qué le vieron? La capacidad de reinventarse, la atracción que genera su imagen, su condición de mujer independiente y exitosa, un nuevo modelo de feminismo… Tantos intelectuales no podían equivocarse y hay que reconocerles el tiempo invertido en el análisis de esta figura que, de paso, aportó mucho acerca de la sociedad en la que vivimos.
Costó hacer a un lado algunos prejuicios, pero sirvió para despejar la mirada y así descubrir a un personaje maravilloso. “Despójenme de exteriorizaciones, teatralidad, masoquismo y hallarán un meollo, un centro, una artista, una mujer”, escribió Anaïs Nin en uno de sus diarios íntimos (Incesto Diario no expurgado 1932-1934). Y qué bien vino esta frase para lanzarse a la aventura de escribir sobre Madonna…
Pero este número de verano viene con más sorpresas, como el porfolio del Cadáver exquisito, un proyecto que llevamos a cabo con la galería Zavaleta Lab y diez fotógrafas argentinas y que, luego de un interesante trabajo curatorial, dio como resultado una decena de obras encadenadas en una gran colectiva. Podrán verla en tal espacio de arte hasta fines de febrero y en estas páginas.
Pensamos que querrían leer mucho en las vacaciones, por eso aquí el bombardeo de notas: Proyecto Yo no fui, una adorable iniciativa que nació en la cárcel de mueres de Ezeiza; Nan Goldin, una gran fotógrafa contemporánea; entrevistas al director de cine yanqui Wes Anderson (sí, ¡guau!); al escritor argentino Pedro Mairal, a las actrices Esmeralda Mitre y Anita Paul y a la editora y escritora española Esther Tusquets.
Del blog de este número se encargó el creativo Paco Savio y, en lo visual, les presentamos una mirada inédita de Lewis Carrol que fue plasmada en una editorial de moda fascinante y un porfolio de las ilustraciones de la argentina Fernanda Cohen.
En fin, esperamos que disfruten mucho de esta Gata Flora con olor a verano y que aprovechen estos meses para soltar al aire varios prejuicios, despejar la mirada y descubrir –o hacer– algo maravilloso.
Agustina Fernandez
DIRECTORA EDITORIAL
Agustina Fernandez
DIRECTORA EDITORIAL
Marta Minujín, nuestro personaje de tapa, me confesó durante la entrevista que su vida empezó a ser feliz cuando se convirtió “en pop”. Y, entre varias otras cuestiones igual de polémicas que reveló, ésta me quedó resonando. Incluso lo comenté a varias personas para saber cómo lo interpretaban, pero, entre risas, nadie le dio demasiada importancia. Ocurre que no todos tenemos la apertura mental de los artistas, ni el tiempo para analizar si somos locos o genios; o la sensibilidad para reaccionar ante los estímulos de nuestra época; ni siquiera, simplemente, de nuestra vida.
Animal de teatro / Acaba de estrenar dos obras basadas en textos de Henrik Ibsen; es el director de la exitosa Gorda en calle Corrientes; está al frente de varios proyectos teatrales independientes y permanentemente pueden verse piezas de su autoría en el under. Y sigue creando, como el hacedor compulsivo que describió Borges: ávido, curioso, casual, sin otra ley que la fruición.
Llena eres de gracia / Amante del agua, descubrió su vocación de actriz en los pasillos de un teatro frente al Río de la Plata. A los 19 años hizo su aparición triunfal, por pantalla grande, de la mano de Lucrecia Martel protagonizando La Niña Santa. Podría haber elegido la vorágine de la fama, sin embargo se obligó a sí misma a elegir cada uno de sus pasos con premeditada calma.
El hombre-cool, el artista-vanguardia, el trasgresor-indiscutido, personaje neoyorquino si los hay, murió hace más de 20 años. Sin embargo su espíritu voyeurista sigue entre nosotros, observándonos desde las imágenes que lo muestran en su mejor momento, cual ícono de moda; o a través de su obra, paradigma del movimiento que horrorizó a la elite del arte tradicional introduciendo elementos de la cultura popular.
Socia fundadora del movimiento folk norteamericano, ferviente activista y dueña de una voz de otro mundo, los historiadores del rock suelen asociar su figura a la de Bob Dylan, aunque en realidad deberían hacer lo contrario. La historia de Joan Baez es la de una mujer que siempre creyó que, de verdad, se pueden cambiar las cosas.
La mujer orquesta / Flavia Da Rin es Oskar, el nene que se está muriendo, pero también es su madre que llora, las ninfas que lo reciben en el paraíso, cada uno de los personajes que van a su funeral y todos los que aparecen en la serie. Flavia Da Rin es la artista que pensó la obra, la fotógrafa que sacó las fotos, la directora de arte que creó cada escena, la vestuarista que ideó los look, la retocadora que photoshopeó las imágenes y montó las piezas… Flavia Da Rin es la mujer orquesta que pone en funcionamiento la sorprendente maquinaria artística que implica su nombre.
Cada vez se editan más libros en la Argentina, pero las librerías suelen monopolizar la oferta a favor de los grandes grupos editoriales. Sur de Babel descubrió otro mundo pequeño e infalible: un club de libros. Y ahora intenta difundirlo.
Empezó a cantar para difundir la obra que dejó su padre, el músico de culto uruguayo Gustavo “El Príncipe” Pena. Ya pasaron varios años, pero todavía dice que hay mucho para mostrar. Y su objetivo permanece intacto. De padre a hija, de hija a padre. Con amor.
